No hay nada que temer si en cambio logramos permitir que las ciénagas también den flores

viernes, 19 de octubre de 2012

Escribo lindo


Escribo lindo. No es un autohalago. Bueno, sí. Pero me gustaría tener algo bueno para contar. Nunca tengo algo bueno para contar, pero sin embargo eso poco que tengo lo logro transformar en algo lindo. Tengo la facultad de lograr que algo corriente parezca, aunque sea a primera vista, algo interesante. Es como lograr que una letra se acomode en una melodía. Lo primero que escuchás es la melodía, después le prestás atención a la letra. Bueno, yo escribo letras mediocres pero las meto en melodías más o menos interesantes.
Alguno estará pensando "De qué se está quejando?". Es simple en realidad. Una gran historia se caracteriza por pasar de boca en boca y seguir sonando interesante. Lo que yo tengo para contar no logra superar eso. Lo que yo tengo para contar sólo es interesante desde mi boca, desde mi lapicera.
Quizás me estoy autocriticando al pedo. Allá afuera hay mucha gente que no sólo no tiene nada interesante para decir, sino que ni siquiera logra llamarte la atención.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Sólo es una amiga

—Nono, sólo es una amiga.

No será novedad para vos, mi lector, que tengo amigas. Buen, no sé si será novedad o no, pero era necesario introducirte en esto.
No sé cómo explicarlo, pero de alguna manera siempre tuve alguna facilidad para ganarme la confianza de las mujeres. Una vez hablaba con un amigo de por qué me sentía así y dije algo así como "Debe ser que tenemos instinto de hijo, buscamos el afecto de nuestra madre".
Muy lindo todo, pero no se explica por qué las mujeres sienten que conmigo pueden abrirse. Por qué en esta sociedad en la que nos separan en filas distintas para hacer el saludo en el colegio, ellas sienten que pueden confiar en mí.
Las mujeres son algo especial, todos sabemos esto. Por algo se ha intentado segregarlas por tantos siglos. Antes (y ahora también) se enseñaba a manejar a las mujeres: a un macho no se le falta el respeto y a la mujer hay que tenerla cortita. "Tenés que controlar a tu mujer". Eso.
La mujer es demasiado maravillosa como para controlarla. Es como atar a un ave para que no vuele. La mujer es demasiado maravillosa como para pensar que sólo podemos relacionarnos con ellas por un amor romántico o algo sexual. A la mujer hay que disfrutarla en la relación que surja.
Con algunas amigas me han preguntado si éramos novios. Creo que jamás dije "Nono, sólo es una amiga". Yo siempre dije "Nono, es una amiga". Porque jamás diría que una mujer es menos en mi vida por no estar enamorado de ella.