No hay nada que temer si en cambio logramos permitir que las ciénagas también den flores

miércoles, 10 de octubre de 2012

Sólo es una amiga

—Nono, sólo es una amiga.

No será novedad para vos, mi lector, que tengo amigas. Buen, no sé si será novedad o no, pero era necesario introducirte en esto.
No sé cómo explicarlo, pero de alguna manera siempre tuve alguna facilidad para ganarme la confianza de las mujeres. Una vez hablaba con un amigo de por qué me sentía así y dije algo así como "Debe ser que tenemos instinto de hijo, buscamos el afecto de nuestra madre".
Muy lindo todo, pero no se explica por qué las mujeres sienten que conmigo pueden abrirse. Por qué en esta sociedad en la que nos separan en filas distintas para hacer el saludo en el colegio, ellas sienten que pueden confiar en mí.
Las mujeres son algo especial, todos sabemos esto. Por algo se ha intentado segregarlas por tantos siglos. Antes (y ahora también) se enseñaba a manejar a las mujeres: a un macho no se le falta el respeto y a la mujer hay que tenerla cortita. "Tenés que controlar a tu mujer". Eso.
La mujer es demasiado maravillosa como para controlarla. Es como atar a un ave para que no vuele. La mujer es demasiado maravillosa como para pensar que sólo podemos relacionarnos con ellas por un amor romántico o algo sexual. A la mujer hay que disfrutarla en la relación que surja.
Con algunas amigas me han preguntado si éramos novios. Creo que jamás dije "Nono, sólo es una amiga". Yo siempre dije "Nono, es una amiga". Porque jamás diría que una mujer es menos en mi vida por no estar enamorado de ella.

No hay comentarios: